Maldita bruja!

Y como el César nos convence de que a sus espaldas alguien le hizo alguna maldad tipo magia negra vamos a donde la maga Cristal, una autoridad en ritos y hechizos, ella lanza una erudita verdad y es que nosotros por pasarnos la vida entre pantanos y desiertos nos hemos topado con los seres fantásticos: las hadas. Aunque la verdad preferimos las sirenas, nos figuramos hadas esculpidas en medidas de reinas de bellezas, pero sucede que no. El mal del César es que todo lo que tiene entre manos se le va, si coge plata se le gasta, si coge una novia se le aburre, si coge oro que no es oro es cobre y si coge una enfermedad esta si se le queda. La maga lanza escupitajos de aguardiente y nos limpia con unas ramas de ruda para alejar las malas energías, al César le embadurna el cuerpo con pomada de siete hierbas y a nosotros nos entrega en bolsitas tierra de cementerio para enterrar las amenazas. Al César al parecer le funcionó mientras a todos nosotros al parecer necesitamos otra cita porque si no fue que se nos cayera el cabello, en el momento de la intimidad la erección no afloraba o al clavar un clavo la puntilla se torcía o el cabo del martillo se quebraba o en definitiva todo se iba al infierno.

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